Nuestros alumnos hablan de nosotros

Instalaciones modernas y comodas…

Instalaciones modernas y comodas, profesora con experiencia y buena practica con materiales actuales. Recomendable.

Susana Martín

Un deporte nuevo para mi»

Un deporte nuevo para mí y ha sido una experiencia muy buena! entrenamiento del cuerpo y clase de vocabulario espanol a la vez ;-) MUCHAS GRACIAS a mis entrenadoras maravillosas y a mis collegas más simpáticas!!

Petra Nindl

Y…Pilates?

Hoy me he levantado muy feliz, me dirán ¿por qué?. Pues es muy sencillo. He recibido varias llamadas telefónicas felicitándome por mi pequeña historia que Karoon Pilates había bajado a su Blog. Me emocionó. De verdad que no me esperaba que fuera ese resultado tan gratificante para mi.

He recibido comentarios de todo tipo, pero ha habido uno de ellos que me ha hecho reflexionar, y ha sido la pregunta.

-Siendo tú tan mayor, con tus 83 años ¿Vas a hacer Pilates?…

Me quedé unos instantes meditando la respuesta, y finalmente creo que lo he dejado bien claro, bien para ese amigo, o para quienes lean lo que sigue.

 

– Pienso que la juventud no es una etapa de la vida, es un estado mental. Nadie envejece tan solo de vivir un número de años, la gente envejece sólo cuando abandona sus ideales. Uno es tan joven como su Fe, tan viejo como sus dudas, tan joven como su esperanza y tan viejo como su desesperación. Tan joven como la confianza en sí mismo, y tan viejo como sus temores. En el interior de cada corazón hay una cámara de registro y mientras esta reciba mensajes de belleza, esperanza, alegría y coraje… Uno es joven. Cuando los mensajes se pierden y el corazón está cubierto con las nieves del pesimismo y el hielo del escepticismo, entonces, y sólo entonces… Uno es viejo.

 

Con esta respuesta creo que lo he dicho todo. Pero…

 

Se dice, se comenta, que a los que hemos sobrepasado la barrera de los ochenta, ya nos consideran reliquias del pasado, que ya no servimos para nada. Nadie tiene en cuenta que somos seres vivos, que tenemos una experiencia que se debería aprovechar. Sé que algunas veces, muy pocas por cierto, se me olvidan algunas cosas, pero trato de buscar en mi cerebro los archivos donde se encuentra lo que ando buscando y finalmente lo hallo.

 

¿Quién me iba a decir a mí, que yo estaría manejando el ordenador como un jabato?. Al principio, enfrentarme a un ordenador era introducirme en un mundo mágico y me daba un cierto temor, pero… ahora una vez desaparecido ese miedo, mis ojos se abrieron a ese mundo, que tantas cosas guarda para quién quiera aprender. A medida que he entrado en ese misterioso mundo de la informática, me doy cuenta que sigue siendo un misterio para mí. Que un cacharro como este PC pueda memorizar, recordar, buscar con el perrito ese, lo que le digo que busque y, que muchas veces lo encuentra por ahí escondido en cualquier rincón de su metálicas entrañas, para mi sigue siendo un milagro.

 

Ahora navego por internet, hago consultas, me informo para recabar datos para mis historias y hago tantas y tantas cosas, que a veces yo mismo no me lo creo. En aquellos principios, como todo en la vida, aprendí que es un PC, eso del RAM, lo de los puertos paralelos, soportes bus, slots de nanocuantos, USB, Megas, gigas, bits, Spam, lucho contra Troyanos, y Gusanos. ¡Qué asco!. Los Spyware, Botnets, Rootkits, lo Whaling y tantos otros. He tratado de distinguir que un Whaling es un tipo de Phishing ¡Qué raro! ¿Verdad?. Ahora tengo un programa que me elimina todos esos peligros.

 

Ahora soy otro, me siento mucho más joven, más actual y todo debido no sólo a rejuvenecerme por dentro, sino que con la ayuda de mi  Pilates, he aprendido a conocer mi cuerpo mucho mejor. Claro, que todo ha sido con la inestimable ayuda de nuestro profesor y amigo Vicente. Nos ha enseñado a Ana y a mí, las partes de nuestro cuerpo con unos nombres que a veces son de lo más raros, por lo menos para nosotros. ¿isquiotibiales?, cuando le he preguntado que son, se ríe y me dice.

 

-¡Vaya, hombre!, pues son unos músculos que están cerca de la cadera.

 

-¡Ah! – Digo ya enterado.

 

Nos habla de la zona lumbar, escápulas, metatarsos, que si el arco del pie, los talones, que si la pelvis, abdominales, articulaciones, que si el esternón, flexores, trabajar desde el transverso, los oblicuos, etc.

 

Alguna vez haciendo algún ejercicio, me han sonado las rodillas, bueno las rótulas, yo digo que han sonado mis bisagras. Vicente se ríe moviendola cabeza. Puedodecir que tengo más elasticidad tibial, hemos corregido posturas, tenemos más flexibilidad en la espalda, hemos fortalecido la musculatura, hemos reducido el strés, mejorado las articulaciones, nuestro estado mental ha mejorado, estamos mucho más centrados en lo que hacemos y eso lo estamos notando en nuestra vida en común. Y todo gracias a nuestra decisión de acudir a nuestro Gimnasio Karoon Pilates. Fue una gran idea que celebramos cada martes y jueves.

 

Siempre he tratado de ser activo, no dejándome hundir a pesar de los pesares y a veces cuando escucho noticias que dicen: “Un anciano de sesenta años se ha perdido en el monte” “Un viejo de setenta años padece una enfermedad y su familia no puede mantenerlo en casa”… Me hago cruces, que para la gente, el que una persona tenga más de cincuenta años, sea considerado un “carroza”…

 

Según pregonan, hay que hacer que se retire, que deje paso a la juventud, que no hay espacio para él en este mundo. Y están equivocados de todas, todas. La experiencia que estos hombres y mujeres de una cierta edad es algo que sólo se consigue con el tiempo y mucho esfuerzo. Son gente mayor, pero no viejos….

 

Haciendo una última reflexión que puede hacer pensar: He leído en los periódicos que a veces anuncian: “Se solicita joven no mayor de 25 años, con años de experiencia probada para tal empleo, que hable idiomas, sepa de contabilidad, maneje ordenadores, que tenga coche propio y que esté dispuesto a viajar” ¿En qué mundo vivimos? ¿Qué joven puede cumplir todo eso? ¿Qué experiencia puede tener con esos pocos años, si acaba de salir de la universidad?.

 

Escrito por Miguel León.

Alumno de Karoon Pilates Avda. Reino de Valencia nº 100.

83 años.

 

MI PILATES

Hacía tiempo que mi mujer y yo pensábamos que debíamos ir dejando nuestra vida abúlica, hacer un poco de gimnasia, pasear, hacer deporte y tratar de perder esos kilos que estaban pesando un poco.

-¿Qué hacemos?- le pregunté a Ana, mi mujer.

-Hemos de tomar una decisión y hacernos el ánimo – dijo ella.

Nos quedamos los dos pensando que era lo que mejor nos iba a ir para perder esos kilos que se habían ido acumulando de forma muy rara, donde no debían. Recapacitamos, eso sí, sentados en nuestros buenos sillones de cuero de vaca.

-Vamos a ver y analicemos – dije yo todo decidido – ¿Pasear?… la verdad es que cuando salimos de casa para ir a tomar el autobús para ir al centro, ya nos cuesta unos cuantos resoplidos y buscamos un asiento mientras llega el bus. ¿Hacer deporte?… ¡Qué quieres que te diga! ¿Qué deporte? Futbol… no eso no nos interesa, cualquiera corre detrás de una pelota, no, dejemos el futbol. ¿Tenis?…

-No, Miguel, Tenis no, tu sabes lo que estar un ratito pegando a una pelotita con una raqueta. No creo, no me gusta eso – dijo seria.

-Pues hemos de hacer algo Ana. Mira me he medido esta mañana y ya gasto un 68 de pantalón, cuando hace años usaba un 48 ¿Qué te parece? Un 68, si parezco un globo…

-¡Ya! Eso se debe a que ahora hacen los pantalones con telas peores – dijo riendo.

-No, cariño, no, no es eso. Cocinas muy bien, todo nos gusta, sobre todo las paellitas, los arrocitos, el pan, el jamón, bocadillos y…

-Para, Miguel, para. Ya lo sé, pero es que a veces todo está tan bueno que repetimos la jugada. Mira, hemos de hacer algo, pero con gran decisión y ánimo – acabó diciendo Ana.

Nos quedamos pensando, la verdad es que nuestros cuerpos han cambiado, yo no creo que sea por lo que comemos, debe ser el clima, que ahora hace más calor, bebemos más y por eso – pensé yo.

Seguimos dándole vueltas a nuestros pensamientos y una idea se me ocurrió…

-¿Y si vamos a un gimnasio? – dije entusiasmado por mi idea.

-¡Un gimnasio! – respondió Ana con dudas.

-Sí, a un gimnasio, allí nos veremos obligados a hacer los ejercicios, seguir las indicaciones que nos digan, o sea, obligarnos a seguir unas pautas. Sí, creo que eso del gimnasio está bien, es un buena idea.

Efectivamente, buscamos un gimnasio que tuviera fama. Vimos uno, dos, tres, hasta que encontramos uno que estaba a cierta distancia de casa. Nos apuntamos y fuimos fieles cumplidores durante unos seis meses, eso de ir caminando, no, cogíamos el bus o un taxi. De pensar que teníamos que volver a casa caminando, pues no. Aquello cansaba mucho. Finalmente analizamos que en esos meses estábamos igual con nuestros pesos habituales, quizá habíamos ganado un kilito o dos. Nada, que eso no era para nosotros.

-Pues hay que hacer algo – dije ya disgustado.

-¿Que te parece si vamos a un endocrino? Él nos asesorará y verás como perderemos kilos.

Efectivamente, fuimos y nos pesamos. ¡Vaya! Pues si qué… Estábamos apañados. Aquel doctor nos miró muy serio y nos dijo.

-Miren, han hecho bien en venir, no es bueno que a sus edades tengan ese peso. Piensen, que si ustedes deben pesar nomalmente, 80 kilos y ahora pesan 110, piensen que están cargando un saco encima de los hombros todos los días de 30 kilos y eso no es bueno. Miren, les voy a poner una dieta de estos sobres, ahora, eso sí, deben seguir al pie de la letra mis instrucciones.

-Sí, doctor. Verá como seremos buenos.

-Más les vale. Esa gordura no es buena. Les veo en tres meses. Quiero ver si han cumplido.

Cuando salimos de la consulta, nos miramos mi mujer y yo con el ánimo decidido. Íbamos a seguir lo que el doctor nos había indicado. Fuimos directamente a la farmacia, compramos aquellos dichosos sobres de dieta y cuando llegamos a casa, planificamos, una semana un sobre por cada comida. Una semana con dieta pobre de calorías, enseguida otra semana de sobres y así. Lo seguimos un mes, pero… Una invitación a una cena, un bautizo, una boda, un poco de hambre que tiene uno, lo bueno que está el pan, y llegó el día de la nueva visita a nuestro buen doctor. La verdad es que íbamos un poco avergonzados. La secretaria nos pesó ¡Qué vergüenza! Habíamos engordado un kilo cada uno. El doctor vio la historia de cada uno, nos miró, así un poco dcepcionado y expresó muy serio.

-Amigos, la verdad es que pensaba que…

Le interrumpí.

-Verá, es que aún teniendo buenas intenciones, hemos pecado, lo reconocemos. Pero debe darnos una nueva oportunidad. Ahora sí, le prometemos que verá que cumplimos.

Sus miradas eran de incredulidad.

-Bueno, vamos a ver. Tienen que tomarse en serio esto, de verdad, no es bueno tener el cuerpo con todos esos kilos. Les voy a poner una nueva dieta, pero ahora deben cumplirla ¿Eh?…

-Sí, doctor, verá como somos buenos.

Se echó a reír con una cierta sorna y respondió.

-¡Veremos, veremos! Les espero dentro de seis meses, a ver que pasa. Aquí tienen la dieta, síganla por favor. Tres semanas con sobres, dos de descanso y dos semanas más de los sobres . Buenos días.

Nos fuimos avergonzados, casi sin mirarnos a la cara. Directos a la farmacia a comprar aquellos nuevos sobres, ahora la cosa estaba poniéndose fea. Compramos un buen stock, ya que aquella dieta era tres semanas completas, sólo sobres. Uno para cada comida y nada más. Quizá alguna verdura, nada de dulces, nada de pan, nada de licores, nada de nada. Nos miramos y suspiramos. Y a casa.

Efectivamente, durante tres semanas hicimos aquella dieta y, ¡Oh! Milagro, cinco kilos se los llevó el viento. Cierto es que bostezamos algunas veces, pero no se llevaba mal. Sí comimos alguna fruta, poca, eso si, fuimos cumplidores a rajatabla, pero faltaba algo.

-Yo creo que deberíamos buscar un gimnasio, pero algo diferente ¿No te parece? – le pregunté a Ana.

-Tienes razón. Ya estamos en la fase en la que hemos de decidir eso, un gimnasio. Vamos a buscar el que nos pueda interesar y que esté cerca de casa. ¿No?- respondió.

Y qué suerte, una amiga le había dicho a mi mujer que cerca de casa había un gimnasio que tenía fama. Se llamaba “Karoon Pilates”. Fuimos, nos informamos, nos dieron unos folletos, y los estudiamos. Estaba decidido, iríamos a ese gimnasio.

Antes volvimos a ver a nuestro doctor, y cuando nos recibió y examinó nuestras historias sonrió y nos felicitó.

-¡Vaya! Me alegro, veo que han estado cumpliendo. Deben seguir por ese camino, Les felicito de nuevo. Los veré dentro de seis meses. Espero que cuando vengan estén en su peso. Felicidades otra vez. Adios.

Nos compramos una mesa vibratoria, 10 minutos al día, seguimos lo de los sobres, pero ahora sólo en la cena, durante el día, verduras, asados, hervidos y ¡GIMNASIO!.

Ya estábamos inscritos en nuestro Karoon, pero con clases individuales, un monitor para Ana y para mi, solamente los dos. Nos pusieron un profesor, muy buen profesor de verdad.

Fuimos lunes y miércoles de 6.30 a 7.30. Con gran cuidado seguíamos las clases, pero nuestro profesor viendo que yo estaba, según él, poniéndome roja la cara en algún ejercicio y a que de vez en cuando resoplaba, en cierta manera se asustó y nos manifestó su preocupación.

-Creo – dijo – que deberían ir al médico para que vieran a Miguel. Esa fatiga no me gusta nada. Voy a llamar a Madrid para comentar esto.

Ana riéndose le respondió.

-No te preocupes, el cardiólogo lo controla, seguimos dieta de un endocrino, hacemos caso de lo que nos han dicho y Miguel está como una rosa ¿No lo ves? Lo que pasa es que es un exagerado y a veces bufa o resopla porque es un cachondo mental y es su forma de ser, siempre alegre.

-¡Vaya! Pues me había preocupado. ¡Al verlo así!…

Eso fue al principio, luego he seguido con mis cosas, bufo, hago gestos exagerados, resoplo, pero la verdad es que estoy bien. Nuestro profe Visantico, ya me conoce y ahora no me hace caso. Aunque a veces me mira y debe pensar, que con la edad que tengo, mis primeros 83 años, esté así, para él es una satisfacción. Tengo que decir que desde noviembre hemos perdido Ana y yo, catorce kilos ¡CATORCE KILOS!- ¿Eh? Qué tal.

Quiero comentar que eso de ir a nuestro Karoon, donde el personal es muy atento y agradable, es una satisfacción ir, aunque a veces nos ¡Pegan cada paliza!…

Comenzando por el principio de nuestro Karoon, nuestro profe Visantico, nos soltó un rollo al principio sobre la importancia de la respiración hacia lados, la postura, el centro del poder y los principios básicos:

Alineamiento, Centralización, Concentración, Control, Precisión, Fluidez y Respiración. Toda una lección. Lo único que yo no llevo bien es eso de los cuadricipes, mastoides, abdominal, esternon, escápulas, unas cosas tan raras…

Bueno sigo. Después de esta introducción, empezamos la clase y lo que ocurrió en esos sesenta minutos, hizo que al día siguiente no hubiera parte de nuestros cuerpos que no nos doliese, sobre todo la zona abdominal. Nos acordamos de Visantico y de nuestro centro de poder cinco días, y cada vez que nos levantábamos de una silla.

Todo fue así, más o menos:

Descalzos sobre una colchoneta, tobillos juntos, puntas de los pies separados y las piernas unidas como si fuera una cremallera hasta el abdomen. Luego la cosa se fue complicando, eso de la respirción, que es lateral y cuando exhalas, tienes que intentar que tu ombligo se pegue a la espalda. Las dichosas escápulas tiene que estar tirando hacia abajo y los hombros separados de las orejas.

No acaba ahí, no. Hay más ejercícios, levantamiento de brazos siempre controlando la postura, elevaciones, girando con el torso levantado, brazos detrás de la cabeza. Según el profe, toda la fuerza se tiene que hacer con el abdomen y con la pancheta llena de budells que tengo pues no es tan fácil.

Que si la colchoneta, que si quita dos muelles, pon ahora dos, tres, uno, coje las correas en otro ejercicio, ponla en los pies. Levanta las patas, juntálas, abiertas, ábrelas, gíralas, tuércelas. También lo de las pesas, el aro, la goma elástica, que por cierto cada vez que me las quito le doy un susto a Visantico.

También tenemos los ejercicios con lo del Reformer, vaya vaya con el reformer ese. Que acuéstate, sal por un lado, por el otro, ponte las correas…

-Te ayudo – me dice Vicente.

-No, que va, yo puedo – aunque a veces me engancho.

En el Reformer es bastante complicado su uso, que si pon eso ahí lo otro allá. Ahora con las piernas juntas. Ahora como si camináramos… Bastante complicado, pero lo hacemos. Somos así de obedientes.

Tenemos lo de la Torre, que también tiene sus bemoles. Quita la barra, pon esos muelles, poner el cajón encima, bajarlo. Ahora apoyamos los pies en las barras y cogidos de la barra de madera hacemos flexiones.

-¿Cuantas llevas, Miguel? – pregunta Visantico.

-Diez o doce – respondo.

-Vale, déjalo ya.

Y es que a veces yo sigo haciendo flexiones mientras él le dice a mi mujer algo que debe mejorar. Lo dejo.

-Ahora quitar esos muelles, poner esos otros, ahora coger eso, ahora lo otro – dice Vicente muy en su papel de profesor.

Lo hacemos lo mejor que podemos. Lo cierto es que ya vamos un año y poco a Pilates y nuestros cuerpos han mejorado en elasticidad y fortaleza. Nos encontarmos muchos mejor.

Hay una sala, la Wondechair, que la verdad verdadera, no me gusta nada. La encuentro muy rara y estuvimos una vez y muy rara, muy rara. Le dije a Vicente que no me gusta y nada, pues no vamos. Hicimos también una clase en la sala de suelo, nos sentamos en una pelotota, raro, muy raro, equilibrio, pesas, y luego de nuevo a nuestras torres.

Tuve curiosidad de buscar algo sobre Pepe Humberto Pilates y estuve leyendo algo. ¿Qué puedo decir? Ví una foto de las que publica en uno de sus libros y la verdad, intenté meter la tripa con mis budells tal como indica aquella foto y que va, no pude, era imposible.

Y nada, con los alumnos nos llevamos bien, tenemos una buena amistad, con los profesores, todos son estupendos, no quiero nombrar a nadie, para que no hayan envidias, pero sé, que todos ellos estarían orgullosos de tener unos alumnos como mi mujer Ana y yo, con mis 83 y pico años, eso para que pudieran darse el pote de tener un alumno antediluviano. Así que todo bien. ¿No?…

Haciendo un resumen, en la actualidad, luego de pesarnos y darnos cuenta de la buena idea de haber tomado la decisión de ir al gimnasio, y debido a que hemos hecho dieta y controlando nuestro peso a conciencia, hemos perdido 14 kilos cada uno, y en mi caso, desde la vez que fui a comprarme un pantalón, y era talla 64, y ahora poder meter mi cuerpo serrano en una 54, pensamos que estamos en la buena dirección, cuidamos nuestra salud y de verdad que nos sentimos mucho mejor en todos los aspectos. Ha sido una buena idea ir a nuestro PILATES, creo que la mejor que hemos tenido en muchos años. Y eso es todo….

 

Miguel León.  Alumno de Karoon 100    

Mario Fernández

¡Hola!, no sé si es ésta la vía adecuada para publicar mi experiencia en Pilates, La verdad es que no me “muevo” bien por estos “parajes”. En cualquier caso, aquí dejo mi experiencia en Pilates para compartirla con todo aquel (o aquella) que tenga la paciencia de leerla:

Mi experiencia en Pilates.-Contar la propia experiencia en una conversación entre amigos, siempre es fácil y a veces estimulante. Relatar la misma experiencia por escrito…parece que es un poco más difícil; no obstante me pongo a ello esperando no aburriros demasiado, así que intentaré ser breve…cosa no tan sencilla ahora que nadie puede interrumpirme…

Bien, la primera en “apuntarse” fue mi hija Mª del Mar. Le aconsejaron este método para solucionar y prevenir las molestias que por el ejercicio de su profesión (magnífica ortodoncista) sufría. Le fue tan bien que ahora estamos todos (mi pequeña familia) en Pilates.

En mi temprana juventud (tengo ahora sesenta y tantos)…bueno, he prometido ser breve, así que entro de lleno y cuento como empecé:

No con mucha frecuencia (y si con mucho dolor) sufría alguna que otra lumbalgia. Tras la última que me tuvo postrado jurando en chino más de 20 días y oyendo a mi hija cada día: “ve a Pilates”, decidí probar…

Quiero hacer notar que anteriormente y por temporadas iba a un gimnasio tradicional, donde competía conmigo mismo subiendo pesas y aburriéndome soberanamente. Por supuesto, de flexibilidad, nada de nada, siempre he sido un “taco de madera”

Lo anterior lo digo porque cuando empecé haciendo los ejercicios que el estupendo Miguel me dirigía…sinceramente no me parecía que aquello fuera a llegar a ningún sitio, tanto es así que un poco en broma le dije: “Miguel yo no pretendo ser bailarín…”

Él me respondió: “tranquilo Mario, verás como poco a poco irás notando como mejoras”

Otra anécdota: después de algunas sesiones en las que Miguel me decía: levanta ese “culito”…me empezaba a poner nervioso…, así que le dije:”se nota que le das clases a chicas…Miguel, yo no tengo “culito”, tengo culooo. Desde entonces me enteré que además de culo, tengo “isquiones”.

La verdad es que fui perdiendo el miedo (tenía horror a sufrir otro “enganche”) y notando que me iba encontrando mejor, así que decidí seguir probando un tiempo más, esta vez ya integrado en un grupo.

Tuve la inmensa suerte de que me integraran en el grupo de Ana, Mª Ángeles, y Marga (al que posteriormente se integró Tony), excelentes compañeras de las que he ido aprendiendo un montón. Por supuesto todas ellas me superan de largo en flexibilidad y experiencia. Eso sí, yo las supero en edad (que no en conocimiento).

También fue una suerte para mí contar con la simpatía y sobre todo la profesionalidad de Brenda, que me ha ido llevando con paciencia y espero que lo siga haciendo.

De hecho, cuando empecé, el suelo estaba lejísimos…¡¡ahora ya soy capaz de tocarlo sin doblar las rodillas!!. En serio, hace ya casi tres años que empecé y mi estado físico general ha mejorado de forma espectacular (lo siento y lo vivo), y lo que me tiene más asombrado, no he vuelto a sufrir ninguna otra lumbalgia a pesar de subir en brazos y jugar con mis nietos (corren y se lanzan para que los eleve y abrace). El mayor ya pesa 25Kg.

Bueno aunque he mejorado, todavía no domino del todo las costillas. Brenda no para de repetirlo “Mario baja las costillas”. No se…acabaré haciéndome una barbacoa con ellas.

No quiero dejar de dar las gracias a Raquel y su equipo por su buen trabajo y el magnífico ambiente que se respira en este centro.

Muy especialmente quiero dar las gracias a nuestra monitora, Brenda, que hace un magnífico trabajo. Cada día nos sorprende con un nuevo ejercicio, cada vez más difícil…¡y consigue que lo hagamos!

Ahora también vienen a Pilates mi hija menor y mi mujer (es increíble – lo de mi mujer – no falta a su sesión de Pilates aunque truene…) Ella podría contaros que empezó con miedo después de haberse roto una rodilla y que ahora además de haber perdido el miedo, hace todos los ejercicios que toca.

Una experiencia magnífica que continúa.

Gracias.

Mario Fernández (en el centro de la C/ Poeta Durán y Tortajada, 7 de Valencia)

La Decisión

Siempre he creído, que el dejar que la musculatura de nuestro cuerpo llegue a ese estado de laxitud o flacidez, en que la carne cuelga como sin vida y parece abrumada por la pereza y la impotencia, es un crimen contra el cuerpo, nuestro cuerpo, y una profanación de este maravilloso instrumento humano. Uno se mira en el espejo y se da cuenta de que el tiempo ha ido pasando por su cuerpo y se pregunta.

-¿Qué he hecho yo para llegar a esto? ¿Por qué me he descuidado tanto para llegar a estar como estoy ahora?…

La respuesta es muy clara y precisa, he sido apático, descuidado y aquí me las echen todas ¿no?. Me he vuelto a mirar en ese espejo acusador que refleja lo que está siendo mi cuerpo y me he preguntado con ironía capciosa.

-¿Ser Mayor o Viejo?… ¿Qué es lo que soy?… – Y reflexionando me he respondido – Eres Mayor cuando te preguntas ¿Vale la pena? Uno es Viejo cuando sin pensar respondes que no. Ya que Mayor es aquel que tiene mucha edad y Viejo es quién perdió la jovialidad. Entonces yo que soy ¿Mayor o Viejo?… Me siento no Mayor, más bien “entreveradito”, con más o menos energía, con ganas, no de comerme el mundo sino tratando de mantenerme en ese estado de placidez y conformidad.

Si nos fijamos en mi edad, 84 años cumplidos, la verdad verdadera es que soy, estoy, algo machuchito y me he recriminado a mi mismo.

-”Mi mismo, hay que tomar una determinación, hay que ser fuerte y sacudirme esa molicie y decidir, pero ahora de verdad verdadera, una solución adecuada para mi mujer Ana y para mí. Para conservar la salud hay que hacer ejercicio, pero claro, ejercicio no muy fuerte y agotador, ya que no estoy para esos trotes, ha de ser todo con suavidad, pero con firmeza.

Debíamos tomar una decisión, pero ya, y fue decisivo cuando una mañana me pesé en la báscula del baño y vi unas cifras, ¡Qué cifras!. Hasta me pareció escuchar una risita burlona de la báscula, que me decía.

-Mira, Miguel, pesas 106 kilos y son demasiados para tu cuerpo serrano. ¿Sabes? La verdad verdadera es que son muchos kilos que debes aguantar cada día encima. ¿Te das cuenta?…

Y esa mañana en un firme arrebato decidí que debía perder peso. ¡PERDER PESO!. Era una dura decisión, pero firme, así que me mentalicé. Pero… no solamente tenía yo que hacer ese tremendo “esfuerzo”, embarqué a mi mujer Ana en esta aventura y luego de conversar tranquilamente dónde comenzar, los dos decidimos, ya que teníamos referencias, inscribirnos en Karoon Pilates Estudio, muy cercano por cierto, de nuestra casa, con buen profesorado y buen local. Allí fuimos, nos inscribimos, no tardamos nada en comenzar nuestras clases y nos integramos en ese mundo mágico que nos ha hecho ver la vida desde otra perspectiva, gracias a la buena idea de comenzar decididos a hacer ese cambio radical. Puedo decir que al principio, todos aquellos ejercicios, palabras raras, aquellos movimientos, no fue fácil, no señor, pero hemos sido constantes. No hay que olvidar que nunca es demasiado tarde para rehabilitar músculos decadentes. El material está ahí, aunque alertagado, lo único que hay que hacer es despertarlo.

Pronto comenzamos a notar algunos cambios en nuestros cuerpos, y también a aprender todos aquellos nombres raros que compone la estructura de nuestro cuerpo, “posición supina, isquiones, músculo transverso abdominal, suelo pélvico, sacro, escápulas, etc, etc”. Y también aquello aparatos raros, que pronto comenzamos a dominar. “Torre, Reformer, Medios barriles, balones, medias esferas (bosu), bandas elásticas, pesas, aros, y ejercicios de la respiración, esto nos costó bastante. Y sobre todo, que aunque ahora entendemos algo de lo que nos dice el profesor y hacemos lo que él nos indica, resoplamos un poco, sobre todo yo que no estoy para esos trotes. Miro a mi mujer que aguanta con entereza no dando señales de cansancio, la admiro y me siento orgulloso de ella. Y le tengo envidia. ¡Claro! ¡Cómo no!. Y seguimos y seguimos haciendo los ejercicios correspondientes, de mano de nuestros expertos monitores, nos hemos sacrificado, eso sí, acudiendo a las clases sin faltar ningún día, hemos sudado, a veces hasta hemos renegado, pero nos está sirviendo para rejuvenecer, aunque pueda parecer mentira.

Hablando de mí, puedo decir que ha recuperado mi cuerpo una gran flexibilidad, más fuerza, he corregido algunas posturas inadecuadas, camino más erguido, tengo más resistencia muscular abdominal, no me fatigo tanto, controlo mejor la respiración y me siento juvenil ¡Juvenil!. Esto lo digo por experiencia, ya que al estar en un ambiente rodeado de juventud, por ese trato familiar y amigable, me siento como uno de mis compañeros Pilateros. Saludo, bromeo, hago lo que sea para que todos sientan que soy uno de ellos. Me siento, no Mayor, más bien “entreveradito”, con una gran energía. Me obligo a pasear más, a caminar más, a hacer ejercicios en casa y he llegado a los 86 kilos, y me falta uno para llegar a mi meta, está bien ¿No?…

Realmente estamos muy contentos de seguir con nuestras “magistrales” clases Pilates, sabemos que vamos por el buen camino. ¡Ya lo creemos que sí!… Ahora, mi mujer Ana y yo, hemos aumentado nuestra autoestima en nosotros mismos, sabemos que estamos en la buena dirección de recuperar parte de nuestra juventud, debemos seguir en la brecha y no dejar que el desánimo se apodere de nosotros. ¡Siempre adelante!…

Miguel León Burgos. Alumno de Karoon 100

 

Amo PILATES Amo KAROON !!! dos embarazos dos mundos

Mi primer embarazo me preparé físicamente en un gimnasio y tuve un parto muy largo, NO SABÍA POR DONDE EMPUJAR??las venas del cuello parecía que fuesen a explotar !!!Al final tuvieron q poner una ventosa al bebe y parecía mas de la familia Sympson que de la nuestra,menos mal que el gorrito le camuflaba la cabeza de huevo q le quedó.Afortunadamente en unos dias se hizo redondita sin embargo mi cuerpo no se quedó tan bien…incontinencia ,hemorroides , un abdominal que parecía un alien cada vez que me incorporaba y muchas otras cosas…todo por no prepararme bien pensé.

Cuando el bebé tenía 8 meses decidí volver a ponerme en forma y pero esta vez empecé en Karoon porque un amigo me habló maravillasde sus profesores . Mis primeras clases de suelo parecía q mi cuerpo nunca mas se flexionaría de forma voluntaria , y el suelo pélvico SUELO QUEEEE ??? No lograba localizar el mio ,al menos en mi cuerpo…. eso me dio tanta rabia q decidí continuar. Veia mujeres de 60 años esforzarse hasta conseguir mas q yo ! Mi profe Javi me motivó a muerte y gracias a él me enganché para siempre pq luego tuve a Nuria tan dulce y técnica q me enseñó a controlar mi cuerpo , Nuri se fue… Q disgusto pensé ya no puede haber profes tan buenos pero … caí en los brazos de Mariló q no puedo quererla más !!! Al quedarme embarazada otra vez me dio clases ( creo q perdiendo dinero pq no coincidí con casi embarazadas ) con TANTA dedicación comprensión dulzura y a la vez Caña! q mi segundo hijo salió en 2 empujones tenía tantas ganas de parir q se me hizo cortísimo! La anestesista no podía creer como me movía estando anestesiada, yo sola me pasé de la camilla al potro , apenas engordé y no tuve ni varices ni nada de “lo del parto anterior “…mi bebe tiene 12 meses y ya llevo 8 meses entrenando, tengo el abdomen de hierro y mi suelo pélvico es casi el centro de mi cuerpo!!Solo espero q mis profes o cualquiera de los de karoon q tambien los he probado alguna vez y son maravillosos puedan dar clases a mis hijos pronto para q disfruten de su cuerpo como yo desde pequeños . AMO PILATES . AMO KAROON

Maria Gomez

 

Mi experiencia Karoon

Por Manu Miralles

(Socio fundador de Karoon Pilates)

 

Verano del año 2001. Campeonato de Europa de Natación. Voy como entrenador con la selección española gracias a que tanto el año pasado como este, he aportado tres nadadores al equipo nacional. Hace un calor insoportable y tras la sesión de entrenamiento me refugio a la sombra. En la zona de recuperación/masajes veo a un nadador haciendo unos ejercicios con una banda elástica que llaman poderosamente mi atención. Hablo con la fisioterapeuta del equipo italiano y le pregunto sobre el tipo de ejercicios que estaba realizando el nadador y su respuesta fue simple: PILATES.

 

Ya sabía algo sobre este método de acondicionamiento físico, pero pensaba que era solo para actrices y estrellas mediáticas en busca de un cuerpo 10. El planteamiento de enfocarlo al alto rendimiento me hace tilín y nada más llegar a España empiezo a buscar donde puedo formarme. Viaje relámpago a Madrid, cinco días de formación en Pilates y vuelvo con un montón de conceptos y nuevos planes para mis entrenamientos. ESTO DEL PILATES TIENE UN POTENCIAL TREMENDO.

Durante lo que queda del 2001 y principios del 2002 pongo en marcha un plan de Pilates en suelo y otro adaptado a los grupos de hidroterapia de mi Gimnasio Aqua-fit, y descubro que mis alumnos mejoran mucho más rápido que hasta la fecha. HAY QUE APRENDER MÁS. Así que me formo con otra escuela de formación y aprendo un poco más de lo que sabía.

 

Manel, Mónica y yo, los tres socios de la empresa, llevábamos unos meses barruntando la idea de montar una segunda piscina, una especie de Aquah-fit II, pero tras un planteamiento apasionado, logro convencerles para abrir el PRIMER STUDIO DE PILATES DE VALENCIA.

 

Mientras elegimos local y preparamos su adecuación, logo, filosofía de empresa,…. nos vamos Ana y yo a Barcelona a conocer una nueva formación, y un par de meses después nos traemos la primera formación de pilates a Valencia, donde Raquel , Luisa y Javi se forman.

 

Desde el principio decidimos apostar el 100% por el Pilates.

Solo haremos una cosa y nos dejaremos el alma en ello. No es algo que podamos compartir con otro tipo de técnica. PILATES NOS RECLAMA TODA NUESTRA ENERGÍA Y PASIÓN.

 

Luego todo sucede deprisa.

 

Aperturamos un negocio que nadie sabe lo que es. (Podría escribir un libro sobre esos primeros meses, y como la gente preguntaba que era eso de “los pilates”). Pero quien prueba repite.

Éxito absoluto, y siete meses después, abrimos el segundo centro en Reino de valencia. Listas de espera de semanas para poder atender a los alumnos y una necesidad absoluta de buenos profesores. Necesitamos una formación independiente y más exigente. Conocemos a Gabriela Solini. Nos entendemos desde un principio y tras cerrar las relaciones con la anterior escuela de formación abrimos KAROON ACADEMY, uno de los centros de pilates más grandes del mundo. ¡¡¡Y solo ha pasado un año y medio desde la apertura del primer centro!!

 

Jugadores del Valencia CF, deportistas de élite, apasionados y curiosos entrenan con Karoon pilates y el equipo de profesores sigue creciendo y aprendiendo más y más.

 

Los años siguiente son salvajes. Abrimos franquicias en JAVEA, ELCHE, SEVILLA, PALMA, ROCAFORT Y ALGEMESI, crecemos, y crecemos, y… abrimos un centro en el centro de Valencia, otro en Catarroja, en un hotel, en un campo de golf, en una clínica estética,…. Y así hasta la fecha.

 

Obviamente dejé de entrenar hace años. Ahora soy un empresario más, con sus preocupaciones y sus alegrías. Pero aún tengo alma de profesor. Un profesor de Pilates que aún se emociona cuando echa la mirada atrás y ve la cantidad de trabajo, pasión y dedicación que hay detrás de una marca tan consolidada y respetada como KAROON PILATES.

 

Y me pregunto si me ha cambiado la vida. Y la respuesta es SI. Afortunadamente SI.

 

Gracias a KAROON PILATES he tenido la fortuna de conocer y compartir la pasión por la salud física con un gran número de profesores, maestros y alumnos.

 

Gracias a KAROON PILATES se que muchas personas son más felices y eso ya me basta y me sobra.

 

KAROON PILATES HA CAMBIADO MI VIDA PORQUE SE HA CONVERTIDO EN MI VIDA.

 

Gracias a todos los compañeros que me habéis ayudado y acompañado en este camino. Es un placer seguir trabajando con vosotros y comprobar que en KAROON PILATES hacemos lo posible por mejorar la vida de nuestros alumnos. Esa es nuestra meta. ¿Acaso hay un trabajo mejor?

 

Esta es mi experiencia Karoon.

 

Un fuerte abrazo a todos.

“Y ahora qué?”

Esquiando tras 19 operaciones en los pies y con la ayuda de las clases de Vero en Karoon Pilates

Esquiando tras 19 operaciones en los pies y con la ayuda de las clases de Vero en Karoon Pilates

Muy buenas, me llamo Jaime, tengo 40 años y voy a contar mi experiencia, que espero también pueda servir a otras personas.

 

Desde muy pequeño he estado vinculado al deporte, y más concretamente al esquí y la escalada, siempre que mi trabajo me lo ha permitido he intentado practicar estos deportes y alguno más con menos frecuencia, pero el destino me tenía reservado algo que nunca podría imaginar.

Hace dos años tuve un grave accidente de trabajo, me precipité con 4.000kg desde una altura de 4 metros y me aplastó los dos pies, como consecuencia del mismo estuve sometido a 19 operaciones en ambos pies, el derecho tuvieron que amputarlo, y el izquierdo gracias a unos maestros en cirugía lo reconstruyeron y me lo salvaron, a partir de ahí estuve un año y medio haciendo rehabilitación, pero puedo decir que he tenido mucha suerte, o incluso que volví a nacer. Pero cuando todo este tiempo ha pasado y el tratamiento médico termina te surge una pregunta, “ y ahora qué?”

 

Una de las cosas que me ha ayudado en todo este tiempo para salir adelante ha sido el apoyo incondicional de mi mujer, mis familiares y mis amigos, pero tenía un reto en mi cabeza, y era volver a esquiar, aunque físicamente no me veía lo suficientemente preparado ni seguro de volver a hacerlo. Un día casualmente me reencontré con Vero, que trabaja como profesora en Karoon Pilates Studio y me habló de pilates, que hasta entonces no tenía muy claro que era, pero decidí probar, y tengo que decir, que en el poco tiempo que llevamos mi mujer y yo, los resultados han sido sorprendentes, incluso antes del accidente no tenía la elasticidad que tengo ahora, mi mujer también me acompaña, pero ella está embarazada y da unas clases especificas para su estado.

 

Mi mujer siempre me ha dicho que volvería a esquiar, y gracias a su apoyo ha sido una idea que no se me ha diluido, pero también he de decir, que gracias a Karoon Pilates y a Vero, me ha dado el empujoncito que a nivel físico necesitaba, ahora el ir dos veces por semana a clase se ha convertido en algo necesario, por lo a gusto que nos encontramos

 

En fin, espero que esta pequeña historia pueda servirle a alguien, por lo menos a mi me está ayudando mucho en la superación diaria.

 

Os dejo una foto mía esquiando después de este largo calvario!

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información - Gestionar mis preferencias
Privacidad